«La finalidad de este libro es sencillamente la de abrirnos los ojos a lo que debiera ser obvio, pero que es increíble: todos los seres se aman. La vida es amor. [] La sencillez lúcida y franciscana de Ernesto Cardenal nos muestra el mundo no como lo vemos con nuestro miedo y nuestra desconfianza, sino como realmente es. Porque el amor no es un sueño: el amor es la ley básica de las criaturas que fueron creadas libres para darse, libres para participar de la infinita abundancia de vida con que nos colma Dios. El amor es el corazón y el verdadero centro del dinamismo creador que llamamos vida. El amor es la vida misma en su estado de madurez y de perfección». (Del prólogo de Thomas Merton)