En poco más de cien páginas se nos cuenta la peripecia vital de Andreas Egger en una aldea imaginaria de los Alpes.Una vida poco afortunada de alguien que, tras el abandono de su madre, es adoptado por un tío que lo maltrata y lo deja cojo de una paliza.Andreas Egger sabe encajar de manera admirable los embates de la vida. Cuando ésta parecía, por fin, sonreírle, un alud le arrebata a su prometida.El siglo XX pasa por el valle y Andreas va participando en la progresiva modernidad que llega a su pueblo y transforma el modo de vida de sus habitantes, preparando la llegada del turismo masivo de montaña.Andreas aprovecha las oportunidades que esta situación le reporta para conseguir vivir de manera autosuficiente, y aislándose de la vorágine que se avecina.La novela, traducida por Ana Guelbenzu, es de una extraordinaria belleza, logrando una simbiosis de vida y naturaleza que consigue emocionar al lector.Andreas, que vive una larga vida, acaba prescindiendo de toda comodidad y viviendo apenas con lo necesario, y demostrando(nos) con qué poco se puede tener una vida plena, incluso cuando la adversidad ha sido su compañera inseparable.Un texto que, en estos tiempos en los que la velocidad imprime a nuestras vidas mucho sinsentido, nos llena de tranquilidad, nos hace volver la vista al tempo que marca la naturaleza y nos hace reflexionar sobre la sociedad del despilfarro imperante.
Librería Jarcha (Madrid)