La segunda novela del maestro colombiano, una historia de injusticia y violencia.El coronel no tiene quien le escriba fue escrita por GabrielGarcía Márquez durante su estancia en París, adonde había llegado, amediados de los cincuenta, como corresponsal de prensa y con la secretaintención de estudiar cine. El cierre del periódico para el quetrabajaba le sumió en la pobreza mientras redactaba en tres versionesdistintas esta excepcional novela, que luego fue rechazada por varios editores antes de su publicación.Tras el barroquismo faulkneriano de La hojarasca, esta segundanovela supone un paso hacia la ascesis, hacia la economía expresiva, yel estilo del escritor se hace más puro y transparente. Se trata tambiénde una historia de injusticia y violencia: un viejo coronel retirado vaal puerto todos los viernes a esperar la llegada de la carta oficial queresponda a la justa reclamación de sus derechos por los servicios prestados a la patria. Pero la patria permanece muda...«El coronel destapó el tarro del café y comprobó que no había más deuna cucharadita. Retiró la olla del fogón, vertió la mitad del agua enel piso de tierra, y con un cuchillo raspó el interior del tarro sobrela olla hasta cuando se desprendieron las últimasraspaduras del polvode café revueltas con óxido de lata. Mientras esperaba a que hirviera lainfusión, sentado junto a la hornilla de barro cocido en una actitud deconfiada e inocente expectativa, el coronel experimentó la sensación deque nacían hongos y lirios venenosos en sus tripas. Era octubre. Unamañana difícil de sortear, aun para un hombre como él que habíasobrevivido a tantas mañanas como esa. Durante cincuenta y seis años-desde cuando terminó la última guerra civil- el coronel no había hechonada distinto de esperar. Octubre era una de las pocas cosas que llegaban.»Es escritor Mario Benedetti dijo...«Creo, y más de una vez lo he afirmado, que la obra maestra de García Márquez se llama El coronel no tiene quien le escriba.»