Uno de los grandes alicientes del carnaval de Cádiz son las agrupaciones conocidas popularmente con el sobrenombre de ilegales o callejeras. Estas agrupaciones volvieron a surgir a principio de los años ochenta del siglo XX cuando grupos de gaditanos, que no participaban en el Concurso Oficial de Agrupaciones, se reunían en las calles de Cádiz para cantar y pasárselo bien. Estos grupos representan la libertad del carnaval por su independencia frente a las normas que intentan controlar la fiesta y tienen como objetivo fundamental divertirse haciendo disfrutar a los que se acercan a escuchar sus coplas.