Este libro es un tratado literario de filosofía epicúrea que reivindica la felicidad y ensalza el amor, la amistad, los libros, la bondad… a partir del fútbol. El narrador parte de los entrenamientos y partidos de su hijo, pero también de la pasión hacia las grandes ligas, los jugadores míticos o sus recuerdos infantiles como aficionado, con la «liturgia» que significaba ir al campo, y en cada uno de estos aspectos, en cada anécdota, en cada rememoración, abandona el fútbol para adentrarse en temas universales. Carlos Marzal va y viene, cuenta ritos de paso, escenas divertidísimas con padres que animan a sus hijos, conversaciones con otros escritores aficionados, historias sin fin que culminan en un capítulo emocionante, el del homenaje a su amigo Antonio Cabrera. El lector descubre entonces que el libro es en realidad un recorrido por la vida, y una invitación a lo mejor de ella, porque para una mirada entusiasta todo forma parte de un mismo universo.