Aún no ha amanecido sobre los húmedos tejados de Glasgow cuando la policía recibe una llamada anónima: han asesinado violentamente a un joven en la décimocuarta planta de un edificio en obras. En el pecho, le han grabado a cuchillo la palabra «ADIÓS». Ese truculento asesinato golpea íntimamente a un conocido y poderoso mafioso, Jake Scobie, y, sobre todo, a su caprichosa hija, Elaine. El agente Harry McCoy, que aún no se ha incorporado al trabajo después de la terapia a la que le abocó su anterior caso, tendrá que encargarse de la investigación. No obstante, ése no será el único cadáver de ese frío mes de febrero de 1973 en que la nieve cubre sin piedad las calles de la ciudad. Mientras tanto, el colega ya no tan novato de Harry, Wattie, trata de alcanzar heroicamente el grado de sargento. Y del horizonte emergen otras sombras, más densas que las tormentas que se ciernen sobre Glasgow: las más peligrosas son las que obligarán a nuestro protagonista, McCoy, a regresar a su atormentada adolescencia, transcurrida en orfanatos y casas de acogida.