Desde fuera, la vida de Eva parecía ideal, pero, desgraciadamente, para ella no lo era. Su trabajo de guionista de telenovelas le exigía mucho más de lo que cualquiera aguantaría. Así que lo dejó todo atrás, alquiló una casa en un precioso faro en medio de la nada en la lejana isla de Skye, y se trasladó allí para cumplir con su verdadero sueño: ser escritora de novela romántica.