Las personas tóxicas existen. Te guste o no. Lo aceptes o no. Y su característica principal es, básicamente, que intoxican, invalidan, empequeñecen y destruyen. Pueden estar en cualquier área de tu vida: en la familia, en las amistades, en el trabajo o en la pareja. Pero lo más importante es que, si no te alejas de ellas, pueden acabar desequilibrando tu vida por completo.