Un libro que es una reivindicación de los amores pasionales y de la belleza, pero también una autorreivindicación poética, mundo en el que Marwán se siente un apátrida al no reconocerse dentro de ninguna tradición. De todos sus poemarios es el más rebelde, tanto en su manera de subrayar el frenesí amoroso y la locura del poeta como en la búsqueda de no encajar en ningún molde, ni siquiera en los suyos propios. Poesía a contracorriente, que es lo que siempre ha hecho Marwán desde que capitalizó el cambio que en los últimos años vivió el mundo poético y del que hoy nos trae su cuarto libro. Amores que caminan por el angosto filo de la insensatez y no acatan las normas, legiones de sentimientos, delitos que se cometen a espaldas de la rutina, sonetos, aforismos, reflexiones en torno al quehacer poético, el vuelo de un poeta llamado Ícaro. Eso es este libro. Tras tres años sin publicar, Marwán vuelve a sorprendernos con su cuarto libro de poemas en el que nos descubre una nueva faceta aún desconocida del autor.