Europa es el resultado de las interrelaciones entre cinco ámbitos culturales que se expresan por medio de los grandes idiomas —español, francés, inglés, alemán e italiano— y que son independientes de las estructuras políticas, cambiantes en el tiempo. La ciencia humana alemana, o su música, el teatro británico, la ópera italiana o el academicismo francés tienen, para nosotros los españoles, valor absoluto. Pero ¿para cuál de las aportaciones españolas puede reivindicarse la misma fama y reconocimiento a los ojos de nuestros vecinos europeos?
En este ensayo, deliberadamente breve, Luis Suárez destaca, una a una y en conjunto, la contribución hispana, desde los inicios del cristianismo hasta la preconización de una forma alternativa a la Ilustración, aquella que no renunciaba en modo alguno a la herencia del pasado, el libre albedrío y la trascendencia y que se ve reflejada en los avances científicos en España y América en el siglo xviii. A través de sus más destacadas figuras y del legado de las instituciones nacidas en el mundo hispano, Luis Suárez nos ofrece un singular fresco de la grandeza de España, situándola en el lugar que le corresponde: el de portadora de unos valores profundos y un quehacer único que contribuyen, a su vez, a la grandeza de Europa y del mundo occidental.