Cuando fue mayor, Aline Giono, la hija del estupendo y célebre escritor francés Jean Giono, contó en este libro con pelos y señales cómo era la vida de su familia. es decir, cómo fue vivir con un padre escritor en un caserón situado al lado de un pueblecito de la Provenza. Para hacerlo, rebuscó en su memoria los hechos más importantes de su infancia, recuperó la voz y la mirada de la niña que había sido y… le salió este libro redondo, entrañable, conmovedor, lleno de sonrisas e ironía y salpicado por alguna lagrimilla, en el que desfilan unos personajes, a veces pintorescos pero siempre entrañables, protagonizando el conjunto de escenas que conforman una familia que vive, a veces con apuros, de la pluma de un padre que se encierra para escribir y que de cuando en cuando sale de su habitación con una idea maravillosa que, al trastornar a su familia, la enriquece. Solo al acabar de leer, el lector se dará cuenta de que no solo ha conocido la vida de la familia de un escritor concreto, sino de que ha palpado la vida.