Elizabeth se queda encantada cuando sus compañeros la eligen monitora, pues ese cargo significa que todos sus compañeros confían en ella. Elizabeth se esfuerza por ser justa y comprensiva, pero cuanto más se empeña en hacer las cosas bien, peor le salen. Todo se dirige al desastre, sin duda. ¿Elizabeth dejará algún día de ser la niña más rebelde del colegio o no?