Cyrano de Bergerac 3.0
¿Qué pasaría si un día nos levantáramos y una voz nos dijera al oído qué es lo que tenemos que decir y hacer para conseguir el éxito absoluto en todas las facetas de nuestra vida? ¿Quién se negaría a seguir sus instrucciones?
Si te fijas, hoy los humanos adultos estamos rendidos al imperio de las imágenes, ya no digo sólo por Instagram, la publicidad, los medios de comunicación, también por el vídeo, primero fue el HD, luego 4k, después 8k, resolución, resolución, resolución. Ahora ya verás cómo nos obsesionaremos con el reconocimiento facial y todas sus posibilidades. Mientras tanto, las máquinas, nos están adelantando por la derecha con el oído: fíjate en Alexa, Siri, Ok Google, o Echo. Mientras los seres humanos nos preocupamos por ver mejor lo que miramos, las máquinas se están preocupando por escuchar mejor lo que oyen.
Risto Mejide, que tantos éxitos ha cosechado con sus libros de no ficción, se lanza ahora a una novela en la que atrapa desde la primera línea sobre los límites, las paradojas y las servidumbres a las que nos aboca el avance imparable de la Inteligencia Artificial. El lector sigue con pasión las aventuras de su protagonista, Diego, a quien alguien le da la oportunidad con la que tantos soñaríamos, aunque para eso tuviéramos que renunciar a la verdad.
La iniciativa es la base de la vida. Primero la iniciativa, y luego todo lo demás. Supervivencia, independencia y al final, la trascendencia. Ese ordenador, que no deja de ejecutar líneas programadas por Diego, está por fin haciendo algo que no se le ha ordenado. Como el robot Shakey, de Stanford en los años 70, es capaz de razonar sobre sus propias acciones. Pero éste, además, se enciende y se apaga cuando quiere, envía mensajes, reconoce voces, se alegra cuando te ve. Es el principio de la humanidad. Es el principio de nuestro fin…
Una muerte muy sospechosa, un engaño mediático, una periodista a punto del fracaso, una multinacional sin escrúpulos, un misterioso triunfador, en definitiva una novela tan brillante como imprevisible e incómoda y que desde las primeras líneas consigue que el lector haga algo tan mal visto, desaconsejado y peligroso como PENSAR.