La señorita Arundell es una acaudalada anciana solterona a quien sus sobrinos desean ver muerta para poder desahogarse de sus apremios económicos. Cuando sufre un accidente al caer por las escaleras, todos lo achacan a la pelotita de goma dejada por Bob, su perro. Pero la anciana desconfía, y piensa que han tratado de asesinarla. El 17 de abril escribe una carta a Poirot solicitando su ayuda, pero este no la recibe, misteriosamente, hasta el 28 de junio. Para ese entonces, la señorita Arundell ha sido asesinada, y el único testigo del crimen es Bob, su querida mascota.