Una palabra sencilla, pronunciada en un porche en el verano de 1936. Un «no» que perseguirá a Kitty Milton el resto de su vida. Kitty y su esposo Ogden pertenecen a una de esas familias consideradas la columna vertebral del país. Pero ese rechazo se convertirá en algo que marcará a Kitty para siempre y sus consecuencias se extenderán por la familia Milton durante décadas. Moviéndose a través de tres generaciones y yendo y viniendo en el tiempo, la mansión nos hace preguntarnos cómo recordamos y qué es lo que elegimos olvidar.