Abuelos batallitas y abuelas cascarrabias. Abuelos modernos y abuelosantiguos. Abuelos que pasan las tardes delante del televisor y abuelosque pasan el día en el parque empujando columpios... Todos, todos ellos, caben en este libro.Hay abuelos que tienen los bolsillos llenos de besos, de caramelos, dehistorias y batallitas. Hay abuelos que navegan por los cuentos como alomos de una ballena y otros abuelos madrugadores que se levantan antesde que suene el despertador para llevar a sus nietos al colegio a ritmo de cha-cha-chá.Casi todos abuelos olvidaron durante unos años al niño que llevabandentro para ejercer de padres responsables, pero les basta la llegadadel primer nieto a su vida para volver a la infancia en un periquete.Los niños que galopamos sobre sus rodillas o nos quedamos dormidos ensus regazos, los que volamos en un columpio empujado por un abuelo oaprendimos a montar en bicicleta alentados por su «claro que puedes»,podemos cerrar los ojos y recordar que cuando nos apretaban entre susbrazos estábamos a salvo de cualquier miedo o tristeza, cuando nos arropaban en su abrazo ya estábamos en casa.