En el Cuento de La Caída de Gondolin chocan dos de los principales poderes del mundo. Por un lado está Morgoth, el mal más absoluto, que está al mando de un enorme poder militar que controla desde su fortaleza en Angband. En su oposición está Ulmo, el segundo Vala más poderoso. Trabaja secretamente en la Tierra Media para apoyar a los Noldor, el grupo de elfos entre los que se contaban Húrin y Túrin Turambar. En el centro de este conflicto entre deidades se encuentra la ciudad de Gondolin, bella pero escondida más allá de toda posibilidad de ser descubierta. Fue construida y habitada por elfos Noldor que se rebelaron contra el poder divino y huyeron desde Valinor, la tierra de los dioses, a la Tierra Media. Turgon, el rey de Gondolin, es el principal objeto tanto del odio como el miedo de Morgoth, quien trata en vano de descubrir la ciudad, escondida como por arte de magia. En este mundo entra Tuor, el primo de Túrin, como instrumento para hacer cumplir los planes de Ulmo. Guiado por el dios desde la invisibilidad, Tuor parte de la tierra donde nació y emprende un peligroso viaje en busca de Gondolin. En uno de los momentos más fascinantes de la historia de la Tierra Media, Ulmo se persona ante él, emergiendo del mar en medio de una tormenta. En Gondolin Tuor madura, se casa con Idril, y tienen a su hijo Eärendel. Después llega el terrible final. Debido a un acto de traición suprema, Morgoth se entera de cómo lanzar un ataque devastador a la ciudad, valiéndose de balrogs, dragones e incontables orcos. En este libro Christopher Tolkien ha intentado extraer la historia de La Caída de Gondolin de la extensa obra en la cual estaba entretejida. Para ilustrar una parte del proceso a través del cual este «Gran Relato» de la Tierra Media evolucionó a través de los años, Christopher ha narrado la historia en palabras de su padre.