La historia de Romeo y Julieta puede que sea la historia de amor por excelencia. Pero también es una historia de odio y muerte, de trágicos presagios, fatales malentendidos y violencia. Shakespeare nos sumerge en las calles de una Verona indefinida donde el amor es prohibido e inmortal, las sombras de la noche son cómplices de los amantes frente a la luz traicionera del alba, los caminos se tiñen con el rojo amargo y crepuscular de la sangre, y el odio y la ira entre familias arrastran a los personajes a rendir cuentas ante su irónico y trágico destino.