No sé si este libro es una novela, un diario de no ficción o qué. Trata sobre el deseo de morir y de vivir. Sobre el amor y las preguntas que este despierta. Y sobre el dolor, sobre todo sobre el dolor: el de ella, mi esposa, que me pide la muerte, y el mío, que no se la puedo dar. Éste es el diario de un cobarde que superó un cáncer y ahora se enfrenta, escaso de fuerzas, al cáncer terminal de su mujer. El diario de un tipo que cree en el derecho de tener una pistola bajo la almohada para pegarse un tiro cuando lo considere oportuno. El diario de un viejo que arrastra las zapatillas por el pasillo viviendo lo que nunca imaginó que iba a vivir. Quiere escribir de todo ello con humor. Aspira a convertir la desesperación en un canto. Quiere recrearlo todo con la asepsia de un cirujano. Pero la realidad le vence casi siempre. Kafka le dijo a su médico cuando agonizaba: «Si no me matas eres un asesino». Creo que quiso decir que no matar al que sufre puede ser un crimen. Yo creo que matar al que padece sin remedio posible es un acto de amor. Muchos creen que debería ser ilegal. Son los mismos que condenan el suicidio y te envían al infierno. He pensado muchas veces en el suicidio. Pero soy un cobarde que siempre lo deja para otro día, a la espera de conseguir un sicario en rebajas que me ejecute por un módico precio.