La mayoría de los niños que han sufrido abusos sexuales se muestran afectados negativamente por la experiencia. Y, lo que es más importante, el daño generado suele continuar en la edad adulta si no reciben un tratamiento psicológico adecuado. La frecuente necesidad de una intervención clínica es precisamente el hilo conductor de este libro, que se centra en los aspectos psicopatológicos y las propuestas de evaluación y tratamiento.
Además del proceso terapéutico con los niños y la familia, los autores abordan la intervención terapéutica con los abusadores de menores e incluyen una serie de casos clínicos reales referidos tanto a la terapia de las víctimas como de los agresores sexuales. Sin duda el conocimiento de las consecuencias psicopatológicas del abuso sexual y el papel mediador de los factores de vulnerabilidad y protección son aspectos fundamentales para abordar una toma de decisiones adecuada entre las distintas alternativas posibles: el tratamiento de la víctima, la salida del agresor del hogar, el apoyo social a la familia, la terapia del agresor… Se trata de señalar algo tan obvio como que no hay un perfil único de víctima, que las diferencias individuales están presentes y que no hay una respuesta invariable a una situación traumática que, por desgracia, es una realidad creciente (o, al menos, más visible) en nuestra sociedad.