Duermo en un ataúd, no me puede dar el sol y tengo 80 años. Soy un niño normal. Vladimiro solo sale de casa por la noche, su cama es un ataúd y acaba de cumplir los ochenta años. Vladimiro es un vampiro. De repente, a Vladimiro le da por querer hacer cosas nuevas, como hacerse vegetariano, ir de vacaciones a la playa o llevar ropa de colores, en lugar del negro habitual. Vladimiro quiere ser un niño normal... ¿podrá conseguirlo?