El destino de Diem acaba de dar un giro inesperado. Ha recibido un don. O una maldición, según se mire. Un don que la obliga a ver la luz y las tinieblas en todo lo que la rodea: la sociedad Descendiente, donde no todo es maldad. los rebeldes mortales y su actitud despiadada. sus propios padres, que le han ocultado secretos terribles sobre ella misma. Luther, cuyo exterior oscuro esconde un resplandor que la atrae peligrosamente. Henri, su querido amigo de infancia y quizá algo más... Diem no es la persona que creía ser. Ahora, tiene que encontrarse a sí misma... si es que no la matan antes.