La indecisión es la causa más común del fracaso. Querer terminar una relación con una persona a la que has amado pero no encontrar fuerzas para hacerlo, pensar en buscar una vida mejor en otro país y posponerlo una y otra vez, dejar un trabajo en el que sientes que no tienes futuro, continuar con algo por miedo a no encontrar otra cosa, querer alcanzar tu mejor versión física y sentir que empiezas de cero cada semana, emprender un negocio o querer hacer una inversión que te permita tener mayor libertad a largo plazo y quedarte en el camino. Todas estas cosas son consecuencia de la procrastinación.