Italia, en la eclosión del Renacimiento. Las maquinaciones políticas y las luchas por el poder convierten a los pequeños estados italianos en un complejo tablero de ajedrez, en una época en que los enfrentamientos políticos corren paralelos al florecimiento de las artes. Dentro de ese ambiente, Caterina Sforza, hija ilegítima del duque de Milán, no dudó en defender hasta el final sus derechos, en conflicto con el poder de Roma. Ninguna barrera fue lo suficientemente fuerte para frenar sus propósitos: con sólo veinte años y embarazada de siete meses se apoderó del castillo de Sant Angelo de Roma. posteriormente se enfrentó a los poderosos Médicis, negoció con el intrigante Maquiavelo y trabó amistad con Leonardo da Vinci