Cuando Dorita, su pequeña y tiránica mujer, muere durante la siesta en un hotel de Marrakesh para terminar de amargarme las vacaciones , el apocado Octavio Rincón experimenta dos cambios radicales: deberá comenzar a tomar decisiones, por primera vez en su vida, y su sexo parece haber crecido de un modo descomunal. Lo malo es que Dorita no parece muerta de muerte natural y Octavio teme que le acusen de haber hecho lo que soñó durante veinte años de matrimonio. Mientras decide qué hacer, conoce a Soldati, un ex-guerrillero argentino que se presenta como revolucionario y empresario y que ofrece ayudarlo a llevar el cadáver hasta España. Comienza así una delirante huída por un desierto súper poblado, en el que se cruzará con personajes tan dispares como un novelista legendario a punto de recibir el Nobel aunque jamás ha escrito una línea, un sospechoso agente secreto boliviano, un director de cine empeñado en dirigir la realidad, y un viejo hipppie que asegura ser Carlos Gardel, inmortal en el olvido en virtud de un pacto sellado con Caruso, que quiere volver para matar a Julio Iglesias por destrozar los tangos que lo hicieron famoso. Perseguido por una nube rencorosa que tiene la forma del cuerpo de Dorita, Octavio aprenderá que la única forma de perdonarse es dejar de pedir perdón por todo. Y que no hay segundas oportunidades, porque la vida es un camino de ida. Camino de ida es ganadora del Premio Memorial Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón (2008) a la mejor primera novela negra escrita en español, y finalista del Prix 813 de la Asociación europea de Literatura Policiaca a la mejor novela extranjera publicada en Francia. Se trata de una novela peculiar, de ritmo salvaje, atravesada por un humor bufonesco e irreverente, pero también cargado de ternura hacia unos personajes tan abandonados por la suerte como conmovedoramente esforzados en recobrarla.