Emoción y belleza, el profundo amor entre un padre y una hija,
y la capacidad para ver más allá de las limitaciones visuales están presentes en este libro.
Porque vivir en la oscuridad o tener un campo de visión reducido no tienen por qué impedir el desarrollo de una vida plena que, como en el caso de estos personajes, convierte el trayecto
a la escuela en una aventura donde la ciudad se transforma
en una selva con bravas criaturas y sonidos fascinantes,
o un paso de peatones en el puente sobre un caudaloso río.