Jesús Terrés coloca el hedonismo a la altura de un arte. Sus textos son una celebración a la vida y a la belleza escondida en las pequeñas cosas y en las pocas y grandes verdades a las que aferrarse. Estas páginas son una declaración que cobra la fuerza de una posición valiente ante el mundo: No basta con sobrevivir, hay que vivir.