Si bien las fuerzas acorazadas del Ejército Rojo adquirieron experiencia durante diversos conflictos en los años 30, cuando se produjo la invasión alemana de la URSS en 1941 esta no fue suficiente para frenarla. Sin embargo, algunos actos aislados protagonizados por tripulaciones de carros pesados, hicieron patente que aplicando ciertas mejoras a su organización y tácticas, los soviéticos podrían hacer frente al enemigo. Y ya a las puertas de Moscú empezarían las primeras victorias y las primeras crónicas de los denominados "ases". En este libro ofrece la historia de aquellos carristas, cuyos nombres y acciones son prácticamente hasta hoy desconocidos