Pese a su juventud, Yago de Lavalle domina los secretos de la fragua y los metales, pero se opone a las prácticas supersticiosas de su gremio, los herreros. Como castigo por tal actitud, es obligado a peregrinar a Santiago de Compostela. La aventura, el amor y el peligro serán solo alguno de sus compañeros de viaje.