Seis personas están sentadas en la mesa de un lujoso restaurante. Una de las sillas está vacía. Ante la silla vacía hay un ramillete de romero en recuerdo de Rosemary Burton, fallecida en el mismo restaurante hace exactamente un año. Es poco probable, no obstante, que alguien haya olvidado la noche en que Rosemary murió en esa misma mesa, con el rostro azulado y descompuesto por el dolor. ¿Fue un suicidio o un asesinato? Sólo cuando el coronel Race aparece en escena la verdad empieza a aflorar.