Juan Pedro Cosano presenta una novela con un episodio poco conocido de esa epopeya: la aventura de Gonzalo Pizarro, hermano menor de Francisco, bastardo como él y que lo acompañó en su expedición a América en 1531, principio de la conquista del Perú.
Tras el brutal asesinato del conquistador Pizarro por un grupo de españoles en torno a Diego de Almagro en 1541, Gonzalo encabezó una facción rebelde, enfrentada a la Corona y con el propósito de hacerse con el dominio de los riquísimos territorios incaicos recién dominados. La historia está contada desde el punto de vista de su amante, la dama Nayaraq (nombre que en quechua significa «la que tiene muchos deseos»), testigo del fin de un mundo y del principio de otro.