En esta cuarta entrega de «Las aventuras del capitán Alatriste», queacontece en Sevilla en 1626, el capitán recibe tras su regreso de Flandes el encargo de reclutar a un pintoresco grupo de bravos espadachines para una peligrosa misión. Sevilla, 1626. A su regreso de Flandes, donde han participado enel asedio y rendición de Breda, el capitán Alatriste y el jovenmochilero Íñigo Balboa reciben el encargo de reclutar a un pintoresco grupo de bravos espadachines para una peligrosa misión, relacionada con el contrabando del oro que los galeones españoles traen delas Indias. Los bajos fondos de la turbulenta ciudad andaluza, el corralde los Naranjos, la cárcel real, las tabernas de Triana, los arenalesdel Guadalquivir, son los escenarios de esta nueva aventura, donde losprotagonistas reencontrarán traiciones, lances y estocadas, en compañía de viejos amigos y de viejos enemigos. La crítica ha dicho:«Esta novela, fabulosa y embaucadora de principio a fin, llena dehondura y de realismo, es un retablo social, una crónica culturaly un personaje cuya grandeza crece al ritmo de sus hazañas».El Cultural «Se precisa ser muy maestro y haber trabajado mucho cada página para darvida a los viejos aires de la picaresca y poderlo hacer sin que lanarración de aventura se incomode o resienta... El oro del rey es frutode una documentación copiosísima de argot, denombres de utensilios, deléxico sobre vestimenta, sobre el barco, sobre jergas de taberna y decada oficio de los convocados,... que ha dado en esta novela páginasmagistrales... Pérez-Reverte es capaz de dotar a cada capítulo deautonomía propia, y cada uno resulta antológico de una atmósfera,dominando los diferentes registros ligados a espacios urbanos y/o sociales».José María Pozuelo Yvancos, Abc Cultural