Os lo juro: yo no empecé siendo una fracasada.No recuerdo cuándo fue la última vez que alguien me miró. Que me miró y me vio a mí de verdad, no a la hermana de una famosísima influencer, a la chica rara que hace fotos en la naturaleza o a la que tiene una talla más grande de lo socialmente aceptado. Bueno, qué más da. La cuestión es que mi vida entera cambió en un único verano. En apenas dos meses dejé de ser la invisible melliza de Star Fuentez, la hija repudiada por su madre y la chica que se había acostado con más de un tío.Pero vamos, que solo soy yo, Moon Fuentez, hablando conmigo misma.Diecisiete años y ya estoy como una cabra.