Una curiosidad insaciable mueve a los inspectores e inspectoras de la Guía Michelin a explorar las cocinas del mundo, en la búsqueda constante de nuevos talentos de la gastronomía. Con doscientas cincuenta comidas anónimas al año y una absoluta independencia, sus cinco sentidos están en alerta permanente, y es así como salen a «cazar» estrellas. Siempre en la carretera, asumen como una obligación probarlo todo y adaptarse a todos los sabores.