¿Sabía que aquellos que caían en manos de los infames piratas, como Morgan o El Olonés, sufrían inclementes torturas con la intención de confesar la ubicación de grandes tesoros que solo existían en la imaginación de sus captores?, ¿o que la Chasse Partie era un documento redactado por el capitán pirata en el que se especificaba las normas de conducta y la forma en la que se repartiría el preciado botín? ¿Sabía que, antes de la batalla, Barbanegra se encendía mechas entre el cabello?, ¿o que Cayo Julio César fue capturado por los piratas y su familia tuvo que pagar un alto precio para recuperarlo?, ¿y que los piratas vikingos trataron de conquistar la ciudad sagrada de Santiago de Compostela? Durante muchos años, la literatura, y ahora los medios de comunicación, han transmitido una imagen de la piratería que poco o nada tiene que ver con la realidad. En estas páginas, Javier Martínez-Pinna ha sometido a crítica esta visión para mostrarnos las atrocidades pertrechadas por estos monstruos (Henry Morgan, El Olonés, Roque el Brasiliano o Barbanegra) que hicieron del asesinato, la tortura y el crimen, su forma de vida más característica. Tampoco olvida mostrar cómo vivían los piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros. cómo era su día a día en el interior de esos barcos que navegaban sigilosamente esperando el momento oportuno para caer sobre sus indefensas víctimas. Con Eso no estaba en mi libro de historia de la piratería viajaremos hasta las principales guaridas y bases pirata en el Caribe, especialmente a la isla de la Tortuga y a Port Royal y, por supuesto, saldremos a la búsqueda de uno de esos fabulosos tesoros como los del Capitan Kidd, la isla del Roble o el del Coco, por lo que tendremos que analizar extraños mapas que marcan, con una «X», el lugar donde podremos hacernos con una gran fortuna o, más probablemente, pagar nuestra osadía con la muerte.