Fascinados por Rusia buscamos comprenderla, comprender su “alma” en cada libro que leemos y al intentar lo inaprehensible nos perdemos. Y quizá sea en relatos como estos de
Maxim Ósipov donde encontremos esa Rusia que a unos tanto fascina y otros tantos no entienden.Escuchar cada historia, entender la vida de personas concretas, partir de lo individual para llegar a entender lo colectivo. Construir con cada lectura un mosaico de historias que nos revelen su enigmaEn los diez relatos de
Piedra, papel, tijera publicados por
Libros del Asteroide, Ósipov convierte Rusia en un país más, alejado de los eternos tópicos. Describe una sociedad influida por su pasado histórico, por la política y la religión pero en la que habitan unos personajes libres que en su cotidianidad y en su soledad describen la complejidad humana, su realidad es la realidad del ser humano, no solamente la de los rusos y rusas del siglo XXI.La sociedad que Ósipov describe es una sociedad enferma, sin esperanza, donde la felicidad si acaso ilumina algunos instantes. Una profunda desesperanza, un sentimiento de haber perdido y aceptar las circunstancias: así se hacen sentir los personajes de
Piedra, papel, tijera. Han bajado las manos pero no la cabeza, en un profundo suspiro. Supervivientes del día a día, por los relatos desfilan la compasión y la empatía dentro del vacío de la realidad. Y precisamente es el género del relato el que permite a Ósipov aproximarnos, acercarnos tanto a sus personajes.El libro además está lleno de referencias literarias, nos habla por ejemplo de Lérmontov o Pushkin, y de referencias musicales, y digamos que es un placer que tenga su propia banda sonora.La corrupción, la emigración, la inmigración, la amistad, el amor, las relaciones familiares, la incomunicación, la fe, la política, las clases sociales, la decepción, la soledad, la desesperanza, el abandono, la miseria, la supervivencia, la desolación, la mentira, el engaño, la huida, el miedo o el olvido marcan a los hombres y mujeres retratados por Ósipov en este libro donde uno de sus personajes afirma todo el tiempo que “todo esto es muy triste”, pero también esa mirada del escritor hacia ellos está llena de belleza y de amor… y, aunque acaso él no se haya dado cuenta, algunas pensamos que eso también es una forma de esperanza.
Sagrario Santamaría Martín,
Librería Taiga (Toledo)